“La transición del discurso popular sobre el hambre al discurso popular sobre la enfermedad es sutil pero esencial en la percepción del cuerpo y sus necesidades. Un cuerpo hambriento necesita comida. Un cuerpo enfermo y “nervioso” necesita medicamentos. Un cuerpo hambriento plantea una crítica enérgica a la sociedad en que eso se produce. Un cuerpo enfermo no implica ninguna crítica.”
Nancy Schepper-Hugues
“Nervoso”
La construcción sociocultural de la salud y la enfermedad.
Nancy Schepper-Hugues
“Nervoso”
La construcción sociocultural de la salud y la enfermedad.
Partiendo del hecho incontestable de que todo sistema social elabora estrategias para confrontar la enfermedad de una u otra forma, el interés de la antropología se centra en descubrir las estructuras y decodificar el sentido y significado (saberes, prácticas y estrategias) con que conjuntos sociales e individuos viven esa experiencia en contextos interaccionales y procesos sociopolíticos concretos. Para ello la disciplina cuenta con una serie de métodos y construcciones teóricas con los que analiza las interrelaciones entre los componentes biológicos, sociales y culturales que configuran los procesos de enfermedad/salud/atención. A continuación trataremos de explicitar las distintas corrientes y campos de estudio de la antropología médica.
El punto de partida del estudio antropológico de la enfermedad es una crítica a la biomedicina como modelo de “cientificidad” que se revela insuficiente para comprender las dimensiones sociales y culturales de estos procesos sociales. Patologías como el alcoholismo o las toxicomanías no pueden ser entendidas solamente desde el punto de vista biologicista. Ni las actuales migraciones - que provocan desajustes en las políticas sanitarias de los países receptores –, ni las nuevas tecnologías (fecundación in vitro, mantenimiento de la vida artificialmente…) y sus debates morales derivados, sobre la eutanasia por ejemplo, pueden ser abarcadas exclusivamente por la medicina. En este marco se desarrolla la especialidad, más allá de instrumentos metodológicos, aportando innovadoras construcciones teóricas; en definitiva, una nueva epistemología que a su vez se subdivide en distintas corrientes de pensamiento.
No debemos olvidar las influencias fundamentales del estructural funcionalismo británico (Evans Pritchard, Mary Douglas…) y el estructuralismo francés (Lévi-Strauss, Gauss, Sontag) desde la propia teoría antropológica, así como la de otros campos de las ciencias sociales -: epidemiología, sociología de la medicina y de la desviación, historia social y economía política clásica marxista – en el desarrollo de la Antropología de la salud.
No obstante, queremos hacer hincapié en los antecedentes inmediatos, que situamos durante la segunda mitad del siglo XX. La primera penetración de la antropología en el ámbito de la salud, dominado absolutamente por la biomedicina, fue como metodología aplicada para superar los fracasos evidentes de las campañas internacionales de salud pública, que evidenciaban una total falta de sintonía con las sociedades autóctonas. Esta presencia de la Antropología aplicada mejoró los instrumentos con que se manejaban los procesos sociales de salud en los sesenta, pero adolecía de escasez teórica, permaneciendo totalmente subordinada al pragmático modelo médico. En la década del setenta Fabrega abrió la veda en la construcción teórica introduciendo la idea de multidimensionalidad de la enfermedad, distinguiendo entre los conceptos disease (lo patológico, valorado desde la medicina occidental) e illness (referido a la dimensión social y cultural de la enfermedad). Luego Foster ampliaría la brecha en su estudio sobre los sistemas médicos no occidentales, distinguiendo entre personalistas y naturalistas. Sin embargo, ambas posturas seguían estando supeditadas al esquema médico-céntrico.
No fue hasta la década siguiente cuando una serie de autores se planteó la necesidad de rechazar el etnocentrismo abanderado por la biomedicina y tratarla como un sistema médico más. En este sentido, destacan las aportaciones de Kleinman reformulando la dualidad disease/illness de Fabrega, para darle un sentido relativizado dentro del conjunto de sistemas médicos. Se produce un “cambio de paradigma” - en el sentido Kuhniano - en la forma en que la antropología aborda los procesos de salud/enfermedad/atención, tratando de evitar las presunciones etnocéntricas, en un ejercicio constante de reflexividad y vigilancia de las propias categorizaciones. Al desenmascarar las debilidades del constructo biomédico toman forma los fundamentos teóricos de la Antropología de la salud: “visión cultural y social de la enfermedad, análisis particularista de las enfermedades, noción de multicausalidad etiológica, sospecha de las vinculaciones entre normalidad biológica y normatividad social y negación de la neutralidad de la teoría y práctica biomédicas, entre otros principios posibles” (Martínez, 1993). Queda patente el giro drástico de la antropología hacia su independencia del modelo médico y su pretensión incluir a la biomedicina dentro de sus competencias analíticas.
En los últimos años parece que cada vez está más consensuada la postura académica de la antropología acerca de la delimitación manifiesta entre disease y biomedicina. No es así en lo referido a los conceptos de illness y sickness, con el consiguiente debate entre la Antropología médica interpretativa y la Antropología médica crítica. Según Young, los primeros centran su atención en las dimensiones culturales de la enfermedad (illness), haciendo hincapié en “el juego de especificidades/diversidades culturales” (Martínez, 1993). Los críticos, en cambio, destacan las dimensiones sociales (sickness), con una orientación materialista, en la clave de la desigualdad. Sin embargo, dentro de estas dos posturas teóricas más genéricas se pueden encontrar subgrupos o corrientes más concretas que pasaremos a analizar a continuación.
Excelente publicación! Estoy interesado en las publicaciones de Eduardo de Menéndez, pero en ocasiones se hacen difíciles de leer y un tanto espesas. Gracias a tu publicación tengo una visión más holística.
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